RESPONSABILIDADES COMPARTIDAS

Previo al partido ante Everton, Universidad de Chile fue blanco de críticas por la cantidad de goles que recibía por partido. Se hablaba de un funcionamiento colectivo equívoco, bajo rendimiento de Vilches y de desconcentraciones constantes de Jara.

La U tiene un promedio de gol en contra de casi dos goles por partido. Por encima de la media que ostentan los equipos de la Primera División chilena – alrededor de 1 gol por partido-, y eso de seguro que es preocupante. Si bien Jara no ha tenido un rendimiento óptimo, a ratos ido del partido, y Vilches con un rendimiento regular, el funcionamiento con los laterales ha sido relativamente correcto. Es decir, sin ser un funcionamiento bueno, hay que inmiscuir un poco más para no caer en la simpleza de que la U recibe muchos goles porque defiende mal (deficiencia casi como de manera sistemática) y así detectar los errores cometidos por los dirigidos por Ángel Guillermo Hoyos; fundamentalmente en el primer tiempo y que permitieron dos goles y un par de llegadas peligrosas de Everton.

El elenco de Viña del Mar consiguió el descuento (2-1) por una suma de errores y descoordinaciones de diferente índole. Primero, Leiva, Caroca y Díaz presionaron la salida de los rivales, pero a sus espaldas vino Jaime Carreño sin marca; recibió y lanzó el balón a Óscar Salinas, quien picó a la espalda de Vilches.

*Carreño, a espaldas de la primera línea de presión, obtiene ventaja para lanzar el pase a espaldas de Vilches.

Segundo error, la inexistente coordinación de marcas individuales que tenían que tomar Vilches y Rodríguez. Ninguno de los dos se hace cargo de esa marca, permitiendo que los engañen, que jueguen tranquilos y que arranquen hacia el espacio por las espaldas la defensa azul.

Everton quiso generar 2×1 – ó 3×2 si se quiere, siendo el tercero quien entrega el balón desde más atrás, más un pivote uno como y otro que ocupa el espacio-, y lo hizo especialmente por el sector izquierdo, con constantes circuitos de balón asociado que lograban penetrar a ratos las espaldas de Jara y Monzón.

Tema aparte es Gonzalo Jara. Poco prolijo en sus desempeños defensivos porque a nivel ofensivo es un factor clave en la salida jugada del equipo, entrando mucho en contacto con el balón, lanzando hacia los extremos o asociándose con los volantes. En ese ámbito se le ha visto a su nivel normal, pero defensivamente – específicamente en sus espaldas en los 1×1- ha estado muy al debe.

*No hay coordinación en la zaga azul en el sector izquierdo. Jara superado, Monzón sin perseguir marca.

Es fundamental señalar que el hecho de que encajes 13 goles en siete fechas no es un tema menor, y a su vez, ninguno de los jugadores esta exento de responsabilidades. No es Herrera más culpable que Díaz, ni Caroca más que Vilches. Un equipo funciona como un engranaje y cada pieza que deja de funcionar, llega tarde o se desconcentra, empiezan los problemas.  Por cada pelota que los delanteros dejan de presionar arriba, sus compañeros reciben un balón más complicado. Lo mismo para los volantes, que por cada espalda que regalan, más problemas y ocasiones de gol puede tener el rival. Por lo tanto, y a modo de síntesis, es impresicindible pensar los resultados – positivos y negativos- como producto de un funcionamiento colectivo global, porque al minuto que comenzamos a repartir responsabilidades, todo empieza poco a poco a romperse, y seguro que nadie quiere eso para la U.

Escrito por: José Orueta@jtorueta11

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